miércoles, 18 de julio de 2012

Situación desesperada, o "Dire Straits", como prefieran.


Cuando era enano, mis padres solían escuchar bastante música a todas horas del día. Recuerdo las mañanas de findesemanas escuchando su tocadiscos mientras ellos, creyentes en nuestra ingenuidad, se evadían entre sábanas y disfrutaban de su magnífica juventud adulta. Vinilos de Jethro Tull, Beach Boys, Supertramp, Animals, Police, Cohen, etc, daban paso a Brassans, Serrat, Llach, Raimon, los coros del ejército ruso (¡soviético que coño!), y a los clásicos Prokofiev, Tchaikovski, Dvorak, Bach, Carl off, etc.

En aquellos años, entre los hits radiofónicos, se escuchaban unos acordes de guitarra particulares y muy diferentes a toda música que hasta entonces yo había escuchado. Como todo chaval de aquella época, me hice con una cinta "virgen" de 90 TDK y esperaba el tiempo necesario frente al radiocassette para darle al REC en cuanto identificara las primeras melodías extraordinarias. Con apenas unos temas (los hits del momento: "Walk of Life", "Money for Nothing", "Sultans of Swing" y el "Brother in Arms" casi seguro) y con fragmentos de publicidad, podía decir con orgullo a mis colegas que tenía una cinta de los Dire Straits. Era feliz.


Poco después, me hice con una grabación pirata del doble album en directo "Alchemy". La estupefacción fue total, imaginaos escuchar  temas como "Tunnel of Love", "Expreso Love", y el "Going Home" mientras andaba agilipollado por "la niña preciosa del cole" (M). Ese piano "letal" del "Tunnel of Love" y el "Carrousel de Waltz" empezaban a "tocarme" algo ahí dentro. Bueno, M también. Inolvidables y hermosos aquellos tiempos M.


En los años siguientes me haría con algún álbum de estudio, descubriendo temazos de los primeros discos como "Lady Writter" y "Down to the Waterline" y otros menos conocidos como "Twisted by the pool", "Angel of Mercy" y "Communiqué". Ya buen conocedor del grupo, decidí que a éstos tíos les tenía que ver al menos una vez en la vida, a ser posible con quien ocupara mi mente en ese momento (M, S o N).



Era el año 1992 de las Olimpiadas de Barcelona y del Curro sevillano cuando ya intentaba algo más que besos con las niñas,  con sus posteriores hostias y mandobles en cara y/o en algo más abajo (una "made in Portugal" me dejó secuelas de por vida). Inolvidables, patéticos pero hermosos aquellos momentos también. En ese año, allá por el mes de abril, mi padre nos comunicó a mi hermano y a mi, que ya era hora de ir a un concierto de música de verdad que no fuera la Decada Prodigiosa, Ana Belén, Javier Gurruchaga y mierdas de esas (con todos los respetos). Cuando mencionó Dire Straits recuerdo atragantarme con parte del jamón de mi bocata ante el descojone inocente de mi hermanito pequeño y el susto de muerte de mi padre. 

El 13 de mayo de 1992, Dire Straits tocaban en el Estadio Vicente Calderón un concierto inolvidable para mi por varias razones: por ser concierto del primer grupo descubierto por mi; por ser uno de los últimos en la carrera de Dire Straits, y sobre todo por ir acompañado por mi padre, que andaba muy jodido por entonces. recuerdo escribir un artículo para el colegio, con el tracklist de turno y fotos que hice desde el banquillo del estadio con una cámara desechable.

Ya como fan nostálgico, y jodido por su separación, aproveché la llegada del CD para hacerme con todos compactos y disfrutar cada uno de ellos en calidad digital a modo de despedida. Un verano de aquellos años me dió hasta la enfermedad por el "Making Movies" hasta el punto de colarme por una andaluza de Jaén (R) oyendo juntos "Skateway". Gracias al batido hormonal adolescente,  estábamos ya en faena antes de llegar a frases tan épicas como "for all the world like an urban toreador", y eso que era en la tercera estrofa. Inolvidables y nada patéticos aquellos momentos R.

"for all the world like an urban toreador", con dos cojones tito Mark

Al final de ese mismo año tuve mi primera novia oficial-cornada pública con un lapso de tiempo de tres meses (L). Inolvidable y patético momento aquel al cual decidí poner como banda sonora el tema "Fade Away", aborrecido un poco hasta entonces. 


Según avanzaba mi adolescencia, las hormonas exigían más energía y potencia por lo que deje a un lado a los Straits igual que habían hecho ellos conmigo años antes. Eran años de Nirvana, Bad Religion, Offspring, Greenday, NOFX, Pennywise, R.A.T.M y todo lo que incitara al brinco y al sacudir patadas y puñetazos al compañero de baile de turno. Pero como mi gusto musical siempre ha estado ahí, tampoco me importaba escuchar obras maestras como el "Screenplayings" de Knopfler en solitario.

Ya un poco más adulto, he podido ir a ver a Mark en solitario y, aunque este algo viejuno, siempre brinda al público algún que otro éxito de los Dire Straits. El cabrón lo sigue gozando y se nota, siendo todavía capaz de componer temazos como el que sigue a continuación y cierra este post.


(A.J.R, Julio 2012)


No hay comentarios:

Publicar un comentario